La Iglesia de Santa María Magdalena
Uno de los lugares de culto más bellos en la Tierra Santa es la Iglesia de Santa María Magdalena, situada en una ladera del Monte de los Olivos en el jardín de Getsemaní con vistas a la ciudad vieja de Jerusalén.
La Iglesia es reconocible por sus siete cúpulas doradas, cada una coronada por una cruz ortodoxa rusa alta. Sobre la entrada, un mosaico circular de color azul muestra a María Magdalena, que fue el primer testigo de la resurrección registrado. Aunque la preciosa fachada de la Iglesia se parece mucho al mármol, en realidad es de piedra arenisca blanca esculpido.
La iglesia fue construida por el zar Alejandro III de Rusia como un monumento a su madre, la emperatriz María Alexandrovna, y fue santificado en 1888. El Gran Príncipe Sergei Alexandrovich y su esposa la gran duquesa Isabel Feodorovna llegarón a Palestina para el evento. Durante la ceremonia, Elizabeth Feodorovna, de 24 años de edad, era tan abrumada por la belleza de la Iglesia que ella exclamó proféticamente: "Oh, si pudiera ser enterrada aquí cuando me muera!"
Este viaje a la Tierra Santa inspiró Isabel para convertirse a la ortodoxia e inició su relación eterna con la Iglesia. En 1921, después de haber sido asesinados durante la revolución de 1917, los restos de Isabel Fedorovna y Varvara Yakovleva, una monja que siguió Fedorovna al exilio, fueron transportados a Jerusalén y se colocaron en sarcófagos bajo los arcos inferiores de la Iglesia de Santa María Magdalena. Unos 50 años más tarde, en 1981, fueron canonizadas como Santos Mártires y sus reliquias fueron trasladadas a la sección principal de la Iglesia, donde hoy descansan en tumbas de mármol.